Un estudio publicado en la revista Nature Human Behavior plantea que los niños que crecieron con Pokémon tendrían una región específica del cerebro más activa.

El estudio se aplico a 11 adultos con experiencia en los juegos de Pokémon y a 11 adultos que no tenían conocimiento alguno sobre el tema. Los resultados revelaron que en todos los jugadores experimentados una sección específica del cerebro llamada surco occipitotemporal reaccionaba ante las imágenes de Pokémon.

Los hallazgos en este estudio apoyaron las teorías de que en la primera infancia es necesario contar con cierta exposición para desarrollar las regiones dedicadas del cerebro, ya que desde una edad temprana nuestros cerebros cambian en respuesta al aprendizaje por experiencia.